viernes, 10 de junio de 2016

Embajadores del amor



Dios quiere darse a conocer al mundo por medio de Sus hijos. Jesús dijo: «Como me envió el Padre, así también Yo os envío» (Juan 20:21). Él vino a amar al mundo y nos llama a nosotros a hacer lo mismo en todas las facetas de la vida. Nosotros somos el único medio por el que otras personas pueden llegar a conocer Su alegría, paz, amor, felicidad y Cielo. Cualquiera que sea nuestro origen, si tenemos dentro a Jesús somos Sus embajadores, representamos al Rey de reyes que rige los destinos del universo.
¿Cuál fue la exhortación final que hizo Jesús a Sus discípulos durante la Última Cena, antes de ser apresado, azotado y ejecutado? «En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Juan 13:35). Les habló del amor, les manifestó que el amor era lo más importante.
Aquellos primeros cristianos revolucionaron el mundo con el amor de Dios. Su modo de vida convenció a la gente de que su fe no era un cuento. Hasta sus persecutores romanos se maravillaban y decían: «¡Cómo se aman estos cristianos!» «¿Quién es ese tal Cristo? —preguntaban a los cristianos—. Y ¿cómo es que los hace tan felices? Ustedes no tienen nada y, sin embargo, lo poseen todo. ¿Qué debo hacer para alcanzar yo esa felicidad?» Y así fue como, al cabo de 200 años, una persona de cada cinco del mundo occidental profesaba el cristianismo.
Hoy —2000 años después— el corazón humano sigue siendo el mismo. Muchísimas personas ansían amor y casi nunca lo encuentran. Por todas partes la gente busca un rayito de esperanza, un indicio de salvación, un lugar donde haya luz, un poquito de amor, un asomo de compasión, un sitio donde pueda sentir alivio. Los que conocemos a Dios y Su amor tenemos lo que los demás se han pasado la vida buscando y necesitan urgentemente. Si les mostramos que el amor existe, creerán que Dios existe, porque Dios es amor.
Hasta los pequeños gestos tienen gran importancia. La luz de tu sonrisa, la simpatía de tu rostro y el influjo de tu vida pueden irradiar luz sobre muchos y tener efectos sorprendentes en algunas de esas personas que a veces parecen las más difíciles de conmover. Cuando perciben tu amor y les dices que es un reflejo del amor de Dios piensan que tal vez sea cierto que hay alguien allá arriba que las ama. Eso puede transformar por completo su perspectiva de la vida y motivarlas a comenzar de nuevo.
¡Que se nos conozca siempre por nuestro amor!
Juan 13:35 – De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.
Romanos 13:10 – El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley.
Hebreos 13:1 – Sigan amándose unos a otros fraternalmente.

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