domingo, 5 de junio de 2016

Andar por fe



El acto de andar o caminar figura reiteradas veces en la Biblia. Se nos aconseja que andemos en los caminos de Dios (Deuteronomio 10:12); que andemos por el camino de los buenos (Proverbios 2:20); que andemos en el Espíritu (Gálatas 5:16); que andemos decentemente (Romanos 13:13); que andemos en amor (Efesios 5:2); que andemos sabiamente (Colosenses 4:5); que andemos en la verdad (3 Juan 1:4), y que andemos como es digno del Señor (Colosenses 1:10). Pero ¿qué pasa cuando no sabemos por dónde andar? No hay luz que nos alumbre el camino, y una espesa niebla entorpece nuestro avance.
No sabemos dónde pisar ni el rumbo exacto que debemos seguir. Ese es el momento de andar por fe (2 Corintios 5:7). Podemos andar por fe sin saber exactamente adónde nos dirigimos ni qué nos espera en el siguiente tramo porque no caminamos solos. Si acudimos al Señor, Él camina con nosotros (Levítico 26:12) y nos indica por dónde ir (Isaías 30:21). Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).
El siguiente ejercicio nos recuerda ese importante principio. Figúrate que caminas por las calles de una ciudad desconocida o por un sendero no señalizado. Está anocheciendo cuando llegas a una trifurcación. ¿Qué haces? ¿Tomas el camino de la izquierda, el de la derecha, o sigues de frente? Imagínate que entonces Jesús se te acerca y le dices: «Indícame el camino que debo seguir» (Salmo 143:8 (LPD)). Jesús, linterna en mano, alumbra la calle o la senda que debes tomar y se pone a caminar contigo. Su presencia te sosiega. Sabes que vas por buen camino.
Piensa en una decisión o un problema que tienes pendiente, un asunto que no sabes cómo resolver. Sigue el mismo proceso que en la imagen anterior. Acude al Señor y pídele que te muestre qué hacer o qué rumbo tomar. Permítele que alumbre tu camino, ya sea por medio de un versículo, de unas palabras que te hable al pensamiento o de una convicción profunda que Él te inspire. Una vez que tomes el rumbo que Él te haya señalado, confía en que Él te ha orientado y está contigo. Nada tienes que temer.
Isaías 2:5 – ¡Ven, pueblo de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!
Marcos 11:23 – Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.
Hebreos 10:38 – Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.»

0 comentarios:

Publicar un comentario

Devocional Diário

Devocionais Amor Em Cristo

Flag Counter