viernes, 9 de septiembre de 2016

Una curación distinta



Hay quienes sufren largas enfermedades que no desaparecen instantáneamente cuando se suplica por su mejoría. Yo soy una de esas personas que Dios no ha considerado oportuno sanar enseguida. Si bien existen medicamentos para aliviar los peores síntomas de los desórdenes del sistema inmunológico y otras dolencias crónicas que me aquejan, mi caso no tiene cura. Para mí el milagro consiste en contar con la asistencia y el consuelo de Dios en mi estado de mala salud permanente. Él me ha dado una vida feliz y productiva a pesar de que sigo bastante enferma.
Hay momentos en que Dios interviene para eliminar una enfermedad de raíz. Sin embargo, hay otra curación, una curación distinta: la que poco a poco va formando nuestro carácter y nos hace madurar, nos deja profundas enseñanzas y nos vuelve más compasivos.
Estoy muy agradecida de que Dios me haya dado una vida tan feliz a pesar de mi mala salud. Hasta diría que soy más feliz que antes de enfermarme.
Huelga decir que me considero favorecida por tener una estrecha relación con mi familia y amigos, que me han brindado un apoyo increíble. Mis enfermedades sacaron a relucir su admirable amor y abnegación.
Eso también es un milagro: que Dios permita que algunos suframos enfermedades que a la larga mejoren nuestra calidad de vida y a la vez hagan aflorar las mejores cualidades que tienen los demás. Para Dios, eso puede ser más positivo que concedernos una curación instantánea.
El estar enferma me ha vuelto más compasiva, más reflexiva y considerada. Me ha llevado a examinar mis móviles cuando hago algo; antes, en cambio, estaba tan centrada en la acción que a menudo no me planteaba el porqué. Ahora siento una enorme gratitud por cosas que antes daba por sentadas. He descubierto una paz sencilla, y mi fe ha aumentado. En resumidas cuentas, mi vida se ha embellecido.
Santiago 5:16 (NVI) Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
3 Juan 1:2 (NVI) Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.
Mateo 10:1 (NVI) Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los *espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia.

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